domingo, 28 de octubre de 2007

Atomic cafe



The Atomic Cafe (1982).
Realizada en 1982 por el cineasta Kevin Rafferty, la periodista Jayne Loader y el documentalista Pierce Rafferty, The Atomic Cafe recupera fragmentos de películas de los años 40 y 50 provenientes de los archivos documentales del gobierno estadounidense –propaganda educativa y defensa civil– y relacionadas con la energía nuclear y la bomba atómica”.

The Atomic Cafe es un hito del cine paródico (por error). Obviamente, la intención de los autores originales era que los espectadores se tomaran bien en serio estas películas sobre las bondades de la bomba atómica y la perversidad de la hidra comunista. Pero, ay, entre la falta de sutileza del mensaje y la descontextualización operada en The Atomic Cafe han propiciado que las intenciones pedagógicas se transformen en algo grotesco e hilarante.

En efecto, la película está tan llena de momentos memorables (o terroríficos, según se mire) que es difícil quedarse con uno. Así, podemos ver imágenes de un Harry S. Truman, presidente de los EE UU, incapaz de aguantarse la risa mientras anuncia por televisión que su país acaba de lanzar dos pepinos atómicos sobre Japón: “Hemos gastado más de dos mil millones de dólares en la mayor apuesta científica de la historia (sic). Y hemos ganado”. Pero, posiblemente, ninguna escena refleja mejor la intensidad paródica del film como la de la llegada de las tropas americanas a una isla perdida del Pacífico en la que pretenden realizar una prueba nuclear previo desalojo de los nativos. Resumamos: mientras la cámara muestra a una serie de nativos a pie de playa saludando sonrientes a las tropas una voz en off asegura (sin venirse abajo) lo siguiente: “Los nativos expresan su bienvenida a los americanos; a pesar de que el atolón de Bikini podría quedar totalmente destruido. Pero los nativos, con su simplicidad, su deseo de complacer y su cortesía están deseosos de colaborar”.

Fascinante banda sonora: una serie de encantadoras canciones de country cuyas letras sufren de una leve contaminación ideológica

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